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Apologética Hoy es un curso que te ayudará a defender el cristianismo, cuando salen temas sobre sexualidad, la hipocresía de la iglesia, o el sufrimiento en el mundo (sin que te etiqueten de intolerante o prepotente).⁣

Con este curso aprenderás a:⁣

-Hacer buenas preguntas y dar buenas respuestas cuando salen temas de conversación complicados, y sabiendo escuchar e identificar dónde está la otra persona en su proceso de fe.⁣

-Dialogar de manera constructiva ayudando a las personas a reflexionar sobre su fe, aunque piensen muy diferente a ti, evitando así discusiones y debates poco productivos que incluso dañan las relaciones.⁣

-Identificar los diferentes espacios y oportunidades que tienes para poder compartir tu fe con personas de tu entorno.⁣

Edwin Lord Weeks, En el bazar de Oodeypore, óleo sobre lienzo, 1905.

Seguimos esos caminos prescritos con el único objetivo espiritual de lograr la unión entre lo finito y lo infinito, donde, en un sentido último, la persona debe perder su identidad para ser uno con lo divino (así como una gota de agua pierde su singularidad cuando se funde con el vasto océano). Claramente, uno tiene que seguir estrictamente todo lo que se ha prescrito para ganar la salvación. Sin embargo, a pesar del esfuerzo y el tiempo que este ejercicio espiritual requiere, no hay, de hecho, ninguna seguridad de que uno pueda salir airoso. Y lo que es más importante, tampoco hay manera alguna de verificar si esos caminos son verdaderos.

En cambio, la Biblia enseña que Dios es puro y santo y que el problema de la humanidad no es la amnesia metafísicasino la amnesia moral: que somos pecadores. La salvación, por tanto, puede alcanzarse no por medio de nuestro esfuerzo o siguiendo un camino místico, sino arrepintiéndonos de nuestro pecado y aceptando el sacrificio que Dios provee a través de su Hijo único, Jesucristo. Esta experiencia espiritual, que es el elemento subjetivo de la fe, está profundamente anclada en las declaraciones objetivas de Cristo, cuya veracidad ha sido puesta a prueba y verificada. Esta salvación que el cristianismo ofrece como “las buenas noticias” es para todo el que esté dispuesto a aceptarla y, además, está garantizada.

Más aún, la transformación se produce al someter y entregar nuestros cuerpos, mentes y toda nuestra vida a Dios. A diferencia de la nueva espiritualidad, Dios, en este sentido, no es una conciencia impersonal o suprema ante la que uno pierde su individualidad cuando se une a lo divino, sino que Dios es un Ser relacional (santa trinidad). Precisamente, la relación o unión con el Dios trino es posible porque Dios es un ser distinto a nosotros y eso garantiza que nuestra individualidad o identidad no queda anulada.

Además, para un seguidor de Cristo eso significa que debe cuidar el cuerpo físico porque la Biblia nos enseña que los cuerpos son los templos del Dios vivo. La Biblia afirma la importancia de lo físico porque contiene promesas tanto para el presente como para la vida venidera.(5) Según el apóstol Pablo, la verdadera espiritualidad es tratar nuestros cuerpos de una manera que sea santa y agradable a Dios.(6) La santidad y la transformación vienen por la renovación de nuestras mentes y no por el vaciamiento de nuestras mentes como la Nueva Espiritualidad nos quiere hacer creer. Pablo termina diciendo: “Así podréis comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.(7) Por lo tanto, a la luz de la Verdadera espiritualidad, la nueva espiritualidad parece un espejismo.

 

(1) The Westminster Dictionary of Christian Spirituality, ed. Gordon S. Wakefield (Philadelphia: The Westminster Press, 1983), citado en Ajith Fernando, Relating to People of Other Faiths (GLS Publishing, 1989), 163.
(2) Ver Hechos 17:27.
(3) Kenneth Richard Samples, A World of Difference (Grand Rapids: Baker Books, 2007), 236.
(4) Ibid., 238.
(5) Ver 1 Timoteo 4:8.
(6) Ver Romanos 12:1
(7) Romanos 12:2.

Traducción: Dorcas González Bataller

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